Las empresas tienen nuestros datos porque, básicamente, nosotros se los hemos dado.  De nada sirve lamentarse o asustarse por la oleada de mails sobre el tema.  Lo que hay que hacer es darse cuenta de ello, no facilitar nuestros datos a la ligera, y explicarles a los niños la importancia del tema para evitar riesgos innecesarios.  De este modo aplicaremos la protección de datos desde el hogar.

Patricia Peyró @kontrolparental

La filtración de datos a través de Facebook ha hecho que cambiemos nuestra percepción del asunto

A estas alturas, y tras la entrada en vigor de las nuevas Reglas Generales de Protección de Datos (RGPD) el pasado 25 de mayo, es posible que ya tengas tu correo colapsado de mails sobre el tema.  Aunque ha habido mucha confusión por parte de las empresas y entidades que expiden regularmente newsletter sobre lo que había y no había que hacer, y “por si acaso” se han puesto a mandarnos mails a todos como locos, los usuarios nos hemos visto afectados de varias maneras:

-Nos hemos sentido abrumados por tal avalancha de mails.

-Hemos tomado conciencia de la cantidad de empresas que cuentan con datos nuestros.  Y de muchas de ellas, ni nos acordábamos.

-Vemos que internet ha convertido la sociedad actual en una ‘sociedad de datos’, en la que los millones de datos generados cada día tienen un valor incalculable para la toma de decisiones de empresas e instituciones.

Empresas como WhatsApp han comenzado a sensibilizarse muy especialmente respecto a la protección de datos de los usuarios menores de edad

Las consecuencias de la hiperconectividad

El móvil, la pulsera de fitness, el coche conectado a Internet… En la actualidad, vivimos hiperconectados dentro de un mundo digital donde todo comportamiento deja una huella. Generamos datos al interactuar en redes sociales o al usar el navegador pero también mientras utilizamos miles de aplicaciones gratuitas en las que el precio que pagamos realmente son nuestros datos. Sin embargo, aunque se ha hablado mucho del alto valor que tienen, los datos en sí mismos no son tan interesantes.  Lo que los convierte en valiosos son el uso que se puede hacer de ellos.

“Las empresas nos ofrecen servicios ‘gratuitos’ como una cuenta de correo o una app de gestión financiera en los que el pago real son nuestros datos. Cada uno debe decidir si quiere o no pagar ese precio, por lo que las empresas deben ser más transparentes especificando estas contraprestaciones y el usuario debe informarse sobre qué datos van a obtener de él”, destaca David Manero,  científico de datos e instructor en la academia online Udemy, con más de 20 millones de usuarios en todo el mundo.

Las personas generamos toneladas de datos al usar redes sociales, aplicaciones gratuitas o simplemente cuando buscamos algo en Internet

Evita el “escape” de datos por parte de los niños

Los niños también utilizan internet, y en este caso se convierten en una fuente de información poco controlada que deja el niño sobre sí mismo respecto a sus datos personales, actividad habitual e imágenes personales. Es responsabilidad de los padres controlar la actividad de sus hijos en las diferentes aplicaciones de internet para evitar sus amenazas y peligros:

-Captación de los niños por parte de adultos con fines ilícitos como el grooming

-Acceso a contenidos inapropiados (sexuales o violentos, por ejemplo) por haber generado ciertas cookies

-Robo de número de tarjetas de crédito o datos sensibles

-Obtención de información sobre la geolocalización y patrones habituales que predicen su ubicación

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Patricia Peyró @kontrolparental

No es ningún secreto:  las nuevas tecnologías son una potencial fuente de estrés tanto para los adultos como para los niños. El aumento de las horas que pasamos frente al móvil, junto con la posibilidad del anonimato que ofrecen las redes sociales hace que los casos de aislamiento y cyberbulling, entre otros, hayan proliferado en pocos años. (más…)

Patricia Peyró @kontrolparental

El último gran hit viral es el de una chica veinteañera que nos permite entrar en su casa y contrastar la realidad de su vida con aquella que refleja en las redes sociales. ¿Por qué los jóvenes le dan tanta importancia a las apariencias? ¿Por qué están dejando de disfrutar de “la vida” y de “la gente” y las amistades reales, a favor de un postureo virtual?

Se trata de «A social life», un cortometraje dirigido por la norteamericana Kerith Lemon y publicado recientemente en YouTube, volviéndose en poco tiempo viral por las repercusiones y trasfondo que conlleva. Además, el corto ha sido galardonado con el premio a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cortometrajes de Canberra y Mejor Debut en el Lady Filmmakers Festival.

Si bien la protagonista del vídeo está entre los 20 y los 30 años, simboliza el modelo aspiracional de los adolescentes y por ello debemos mantener una actitud de alerta para que los que hoy tienen 12 años mañana tengan relaciones sanas, con amigos reales y, sobre todo, relaciones honestas consigo mismos.

Solemos postear fotos que reflejan la imagen ideal con la que soñamos de forma aspiraciones.

Solemos postear fotos que reflejan la imagen ideal con la que soñamos de forma aspiraciones.

¿Por qué enganchan las redes sociales?
Hace varios años la propia compañía Facebook realizó algunos estudios con el objetivo de medir la forma en que intervienen las emociones en esa red social, observando que las emociones se transmiten muy fácilmente en internet a través de las fotos. Sean estas verdaderas o falsas.

Pero además de suscitar emociones, estas se contagian entre las personas, sin siquiera ser necesaria la interacción o el intercambio de mensajes entre ellas. Se debe a la acción de las neuronas espejo, que provocan actos de imitación emocional.  Estas neuronas también son responsables de fenómenos tan normales y bien conocidos como la risa contagiosa y fueron descubiertas por el investigador italiano Giacomo Rizzolatti.


Cada vez más gente se revela contra la presión de las apariencias de las redes sociales. Hace pocos meses lo hacía una famosa modelo de instagram, Essena O´Neill, promoviendo una iniciativa anti- redes sociales, o más bien, ante el postrero absurdo de internet.

¿Por qué mienten en las redes sociales?

Ya en el 2013 científicos alemanes de la universidad de la Universidad de Humboldt y la Universidad Técnica de Darmstadt demostraron cómo esta libertad para seleccionar «fragmentos» de la realidad, tenía un gran poder para generar sentimientos de intensa envidia entre los que son testigos de nuestra supuesta felicidad. Ver informe aquí

Desde la psicología se entienden las mentiras como un proceso autoengaño con el que hacer crecer el ego, aunque sea muy a corto plazo. Para conseguirlo, contaremos solamente la parte bonita de nuestra vida. Partiendo de que nadie desea airear sus trapos sucios, mostraremos el contenido de nuestra vida que más nos convenga, y que se ha demostrado muy vinculado a la imagen idealizada que querríamos para nosotros mismos. La protagonista del vídeo es un buen ejemplo de ello.

Otro motivo por el que sólo se muestra una parte de la verdad está en que existe una cierta presión social implícita por la que parece que no se debe hablar de ciertos temas grises y deprimentes, como la muerte, el divorcio o la depresión. Al igual que sucede en la vida real, y en las conversaciones de ascensor, debemos estar todos bien.

Los adolescentes y su vida en internet

Los jóvenes tienen sus propios patrones de uso de internet y presentan favoritismos a la hora de elegir su red social y el dispositivo de acceso a la red

Por Patricia Peyró @kontrolparental

Internet está dejando de ser el fenómeno nuevo que ha sido hasta hace poco, para convertirse en esa herramienta de presencia imprescindible en nuestras vidas. Repartida a razón de un «fifty-fify» en lo personal y en lo profesional, su significado no es el mismo para niños y jóvenes que para los que somos adultos: la diferencia está en que los adolescentes han nacido en la era de internet, mientras que sus padres lo hemos tenido que aprender después.

Lo mismo sucede con las redes sociales, que ya no son nuevas, sino jóvenes. Al menos algunas de ellas, como Facebook, nacida en el año 2004 para uso interno de unos estudiantes de Harvard, pero pronto generalizado a cualquiera con una cuenta de correo electrónico. A España llegó en el año 2007, como al resto de Europa, tras propagarse su uso como la pólvora entre los universitarios americanos.

¿Los jóvenes pasan de Facebook?

El patrón de uso de Facebook ha cambiado en los jóvenes, que lo van descartando cada día más

Una de las razones por las que fascinó Facebook y pronto convirtió en millonario al joven Zuckerberg fue el servir de instrumento para reencontrarse con viejas amistades de la infancia, formándose un nuevo mundo social pero virtual en el que tenían cabida tanto amigos como conocidos. Pasado el fenómeno y la emoción, Facebook ha ido tomando un cariz comercial e instrumental cuyos fines monetarios disgustan y aburren a lo que empieza a ser una mayoría adulta, y que directamente no son opción para los niños y adolescentes.

La relación de Facebook con los niños

Niños y adolescentes han recurrido hasta ahora, por imitación parental, a Facebook como instrumento de socialización on-line. Sin embargo, en ellos no ha encajado esta red igual que para su generación predecesora, tal y como ha demostrado el estudio llevado a cabo por el departamento de investigación del banco americano Piper Jaffray, que muestra cómo los adolescentes han cambiado sus patrones de consumo: los mismos jóvenes entrevistados hace seis meses que utilizaban Facebook en un 72%, han pasado a ser un 45%. Datos que contrastan con el aumento proporcional y «traspaso» de usuarios juveniles a Instagram, la favorita del 76% de los adolescentes. Además, se determina definitivamente que el acceso a internet es mediante smartphone y no tanto a través del ordenador.

Migración en masa a Instagram.

El estudio de Pipper, en el que se entrevistaron a 7200 niños entre 13 y 19 años, apunta que el 59% de los jóvenes usan Twitter y el 22% Pinterest.

El nuevo objeto de deseo es el Apple Watch

El favorito indiscutible de los menores es… APPLE! ¿Por qué será que no sorprende a nadie? También sabemos que los adolescentes andan detrás del Apple Watch como sustituto.

¿Por qué no les gusta Facebook?

Es una red social «de padres», en la que van a encontrarse con ellos, siendo ésto incompatible con la propia adolescencia, en la que se forja el carácter con amigos y se hacen esas «travesuras» en las que uno no espera tener testigos adultos, y mucho menos sus propios padres.