En la sección de Testimonios reales de acoso escolar damos a conocer la realidad más oculta del bullying, contada en primera persona por personas afectadas.

Hoy, en la sección de Testimonios reales de acoso escolar, os traemos la historia de Fernando, de 12 años, en forma de carta de un niño acosado a un acosador arrepentido. En su caso ha supuesto un ejercicio tanto de autoliberación por el daño sufrido como de ayuda hacia él y otras víctimas de bullying.

Querido matón,
    Sé que quizá te arrepientas de haber sido un acosador, pero lo que hiciste es sencillamente inaceptable y espero que puedas entenderlo. No sólo atormentaste a otro niño, sino que también abusaste físicamente de él, lo cual es absolutamente espantoso.
    Y entiendo que te arrepientas ahora de la intimidación, pero lo que pasa es que esto no es algo que simplemente vaya a desaparecer tan fácilmente, sino que la víctima recordará por siempre los años en los que fue acosada, y eso no va a cambiar.
En mi caso, recuerdo perfectamente a mi matón. Me llamaba su «amigo», pero luego me empujaba, me maldecía, me ahogaba. Su tormento me dejó totalmente traumatizado.
    Tampoco olvidaré nunca cómo me deshice de él, y de esto hace ya más de tres años.  Puede que no tenga la mejor historia sobre cómo me deshice de mi matón, ya que me obligó a hacer algo que odiaba, y todavía a fecha de hoy me arrepiento completamente de lo que hice:  Tuve que darle un puñetazo en la cara; se le cayeron las gafas y se rompieron.  La verdad es que yo odio la violencia, así que lo que hice me marcó, sí, pero por otra parte, es difícil expresar lo feliz que me sentí después tras mi liberación.  Desde aquel momento, no tuve que ir al colegio con el temor a  «caer» por las escaleras o a maldecir lo que estaba comiendo ese día (típicamente un sándwich de atún y huevo) porque me hubieran quitado lo más rico de todo el almuerzo.
    No sé si tú tuviste problemas familiares o si te sentiste inseguro, pero en cualquier caso, nada justifica el daño que has infligido a los demás. Y si no puede aceptarlo, es que no te arrepientes tanto de haber sido un abusón acosador.
    Está comprobado que las víctimas de bullying padecen ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático y también tienen más probabilidades de fracasar académicamente. También está comprobado que tienen el doble de posibilidades de suicidarse, y que a partir de este momento es la segunda causa más común de muerte entre las personas de 10 a 34 años.  No lo digo yo, sino que me he informado de las estadísticas de Bullying, Cyberbullying y Suicidio. Y lo más lamentable es que 1 de cada 5 estudiantes es acosado o ha sido acosado alguna vez.
    En resumen, no se puede perdonar lo que hiciste y tendrás que vivir con el arrepentimiento durante toda tu vida.  En cualquier caso, siempre podrás intentar ponerte en contacto con la víctima, aunque es posible que no quiera hablar contigo. Afortunadamente, nunca es demasiado tarde para cambiar, solo porque el daño está hecho no significa que no puedas intentar repararlo. Podrías tratar de convertirte en una mejor persona y ofrecerte como voluntario para ayudar a otros.  De esa manera, tal vez podrías usar la culpa que llevas dentro para beneficiarte a ti, a los demás y tal vez a la humanidad.

 

Una de las mayores causas de suicidio juvenil tiene su base en el hostigamiento y la violencia entre iguales.   Por eso es muy importante trabajar en la detección del bullying desde el aula, aplicando algún test de acoso escolar o un sociograma para obtener la radiografía social del grupo.

 

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