El fácil acceso de los niños y adolescentes al porno por internet tiene consecuencias

A partir de los 12 años es habitual que los niños debuten en sus primeros visionados de vídeos pornográficos.  Después, podrá convertirse en un hábito que tendrá consecuencias directas en el aprendizaje de los adolescentes en materia afectivo- sexual.  Así lo pone de manifiesto Save The Children.  La organización no gubernamental ha elaborado este año un informe en el que expresa, en cifras, esta tendencia que vincula al adolescente como consumidor habitual de porno online.

El informe de Save The Children “(Des)Información sexual: pornografía y adolescencia” pone sobre la mesa el problema de la inadecuada educación sexual a los jóvenes, unido a los riesgos de internet sobre el acceso a contenidos inapropiados

 

La investigación de Save The Children ha contado con una muestra de 1.753 adolescentes

La sexualidad:  una asignatura pendiente en niños

Lo primero que se necesita para tratar con un adolescente y sus problemas es conocer cuáles son sus intereses y motivaciones. Y en estas edades, que coinciden con el cambio corporal de niños a adultos, se produce también su despertar sexual.  Este se traduce en un impulso físico y real a tener relaciones sexuales, unido al desconocimiento sobre el tema y la falta de experiencia. Es por ello que los niños quieren saber de sexo, porque de forma inherente se lo pide el cuerpo. Pero además, en el caso de los niños el componente social es muy importante, ya que parte del aprendizaje se da a través de la transmisión entre ellos mismos. Esta podrá estar sesgada y cargada de recomendaciones poco apropiadas, todas ellas aderezadas por los vídeos porno a los que pueden acceder fácilmente en internet.

El despertar sexual adolescente obedece a un impulso biológico, pero está muy condicionado por el aprendizaje social y el aprendizaje vicario, basado en la observación

 

 

 

Diferencia por género a la hora de ver porno online por parte de los adolescentes

La mayoría de los niños encuestados  (93,9 %) reconoció ver porno en la intimidad, pero se observa una gran diferencia de género, y las chicas son más proclives a visionarlo con sus amistades, mientras los chicos lo hacen solos.

Además, el  68,2 % de adolescentes ha visto pornografía en los últimos 30 días, llegando a consumir ellos el doble que ellas (81,6 % y 40,4 % respectivamente).

Save the Children señala tres tipos de perfiles de consumo de porno entre los adolescentes, según sea su frecuencia y el grado de interferencia con su vida cotidiana:   consumo responsable, consumo enfermizo y consumo compulsivo

Las consecuencias del Covid en el consumo de pornografía en internet

Aunque hasta el momento no existen datos sobre los cambios de hábito de consumo de pornografía entre adolescentes por causa de la crisis del coronavirus, sí que se ha observado entre población adulta. Según la web Pornhub, una de las más populares del mundo, el tráfico mundial de consumo de pornografía experimentó un incremento masivo del 18,5 % el 24 de marzo de 2020. Además, se produjo un gran incremento del número de visitas a esta web por parte de mujeres (17,4 %).   Con estas cifras, es fácil pensar que los adolescentes forman parte también de este incremento.

Algunas cifras y conclusiones del estudio

-El 68,2 % de adolescentes ve pornografía con frecuencia, sobre todo los chicos

-Generalmente acceden a contenido gratuíto, se dejan aconsejar por las sugerencias que les hace la web, y suelen verlo por el teléfono móvil, al ofrecer este mayor privacidad

-El sexo mostrado en estos vídeos no se corresponde con la realidad del sexo y puede condicionar su aprendizaje y dar modelos falsos de afectividad:  El 36,8 % de quienes consumen con más frecuencia porno- grafía no distingue entre la ficción de la pornografía y sus propias experiencias sexuales.

-La pornografía online está, en su mayoría, diseñada para hombres heterosexuales y siguiendo un modelo de masculinidad autoritaria y desigual.  Esta tipología de relación convierte a las mujeres en objetos sexuales hecho que se ha criticado por el colectivo LGTBI.

Junto al estudio, Save the Children ha elaborado la guía “Tenemos que hablar del porno”, dirigida a padres y educadores.

Adolescentes: Sexo y relaciones aireadas online

Como señalan en Save the Children, las parejas adolescentes construyen su propia identidad en el entorno digital. Es decir, “publican quién es su pareja, imágenes de momentos juntos, además de las rupturas y duelos con sus contactos”.  Este hecho puede, sin embargo, aumentar la probabilidad de casos de ciberacoso, producto de los vaivenes sentimentales y de la falta de estabilidad. Ejemplos habituales de ello son las pornovenganzas o las imágenes con contenido sexual comprometido difundidas en el entorno escolar y social del niño tras haberse compartido en un entorno privado y consentido del sexting.  Esta comunicación pública puede ser constitutiva de delito y como mínimo se considera una forma de ciberbullying que debe ser identificada en el colegio a través de algún test de prevención del acoso escolar y el ciberacoso.

Obtén toda la información sobre el informe de Save The Children “(Des)Información sexual:  pornografía y adolescencia” aquí.

 

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