Las secuelas del acoso escolar pueden arrastrarse hasta la primera etapa de la edad adulta

El saber que hasta el 5% de la población infantil será pasto de la depresión asusta.  Pero el pensar que  a alguno de nuestros hijos le pudiera tocar esta lotería lo hace aún más.  Aunque la depresión hay que diferenciarla de algún momento de bajón o tristeza puntual que los niños puedan sentir y que es perfectamente normal, por nuestra parte siempre debemos tener ojo avizor para detectar las señales que nos puedan poner sobre la pista de una depresión juvenil.   Uno de los factores clave relacionados con esta grave enfermedad mental se encuentra en el acoso escolar.

 

Uno de cada 20 niños padecerá algún tipo de episodio depresivo antes de los 19 años según indica la Clínica Universidad de Navarra.   

 

Las niñas son más proclives a padecer depresión que los niños

 

 

El acoso escolar padecido en la infancia o la adolescencia está detrás de hasta casi el 30% de la depresión adulta.

 

La clave de no dejar secuelas está en eliminar la tendencia a la victimización y activar la resiliencia de los que han padecido bullying

 

La importancia de detectar el problema 

Estas nuevas evidencias subrayan la importancia de abortar cualquier iniciativa de bullying implementando medidas preventivas desde el colegio, como son los test de acoso escolar.De entre estos, destacan especialmente los tests sociométricos por captar la radiografía social del grupo, a nivel de amistades y enemistades que surgen de forma natural en el aula.

 

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