Patricia Peyró @kontrolparental

El último gran hit viral es el de una chica veinteañera que nos permite entrar en su casa y contrastar la realidad de su vida con aquella que refleja en las redes sociales. ¿Por qué los jóvenes le dan tanta importancia a las apariencias? ¿Por qué están dejando de disfrutar de “la vida” y de “la gente” y las amistades reales, a favor de un postureo virtual?

Se trata de «A social life», un cortometraje dirigido por la norteamericana Kerith Lemon y publicado recientemente en YouTube, volviéndose en poco tiempo viral por las repercusiones y trasfondo que conlleva. Además, el corto ha sido galardonado con el premio a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cortometrajes de Canberra y Mejor Debut en el Lady Filmmakers Festival.

Si bien la protagonista del vídeo está entre los 20 y los 30 años, simboliza el modelo aspiracional de los adolescentes y por ello debemos mantener una actitud de alerta para que los que hoy tienen 12 años mañana tengan relaciones sanas, con amigos reales y, sobre todo, relaciones honestas consigo mismos.

Solemos postear fotos que reflejan la imagen ideal con la que soñamos de forma aspiraciones.

Solemos postear fotos que reflejan la imagen ideal con la que soñamos de forma aspiraciones.

¿Por qué enganchan las redes sociales?
Hace varios años la propia compañía Facebook realizó algunos estudios con el objetivo de medir la forma en que intervienen las emociones en esa red social, observando que las emociones se transmiten muy fácilmente en internet a través de las fotos. Sean estas verdaderas o falsas.

Pero además de suscitar emociones, estas se contagian entre las personas, sin siquiera ser necesaria la interacción o el intercambio de mensajes entre ellas. Se debe a la acción de las neuronas espejo, que provocan actos de imitación emocional.  Estas neuronas también son responsables de fenómenos tan normales y bien conocidos como la risa contagiosa y fueron descubiertas por el investigador italiano Giacomo Rizzolatti.


Cada vez más gente se revela contra la presión de las apariencias de las redes sociales. Hace pocos meses lo hacía una famosa modelo de instagram, Essena O´Neill, promoviendo una iniciativa anti- redes sociales, o más bien, ante el postrero absurdo de internet.

¿Por qué mienten en las redes sociales?

Ya en el 2013 científicos alemanes de la universidad de la Universidad de Humboldt y la Universidad Técnica de Darmstadt demostraron cómo esta libertad para seleccionar «fragmentos» de la realidad, tenía un gran poder para generar sentimientos de intensa envidia entre los que son testigos de nuestra supuesta felicidad. Ver informe aquí

Desde la psicología se entienden las mentiras como un proceso autoengaño con el que hacer crecer el ego, aunque sea muy a corto plazo. Para conseguirlo, contaremos solamente la parte bonita de nuestra vida. Partiendo de que nadie desea airear sus trapos sucios, mostraremos el contenido de nuestra vida que más nos convenga, y que se ha demostrado muy vinculado a la imagen idealizada que querríamos para nosotros mismos. La protagonista del vídeo es un buen ejemplo de ello.

Otro motivo por el que sólo se muestra una parte de la verdad está en que existe una cierta presión social implícita por la que parece que no se debe hablar de ciertos temas grises y deprimentes, como la muerte, el divorcio o la depresión. Al igual que sucede en la vida real, y en las conversaciones de ascensor, debemos estar todos bien.