Bullying escolar y laboral pueden tener más que ver de lo que pensamos

Aunque existen poca investigación y literatura sobre el tema, existe cierta evidencia que ilustra la universalidad de la intimidación, tanto en la escuela como en el lugar de trabajo. Asimismo se ha demostrado que el acoso entre iguales puede comenzar en la infancia y reproducirse en la edad adulta en el ámbito laboral.  Así se pone de manifiesto en un estudio sobre bullying escolar y laboral en el que se analizan los principales riesgos de padecer acoso en el contexto del trabajo.

Cuando se habla de bullying laboral habitualmente se refiere a un acoso entre compañeros de igual condición o nivel dentro de la empresa, o a casos en los que la jerarquía no es influyente

Mobbing y bullying, ¿son lo mismo?

En el contexto del trabajo el hostigamiento hacia una persona por parte de los demás suele tomar el nombre de mobbing, y es traducido exactamente como “acoso laboral”.    En el bullying laboral no existe necesariamente un escalón jerárquico entre la víctima y los acosadores.  Como sucede en el caso del acoso escolar, el epicentro del acoso se encuentra entre iguales.

En el mobbing puede suceder el abuso basado en una jerarquía de poder, mientras que el acoso escolar el hostigamiento es siempre entre iguales.  En todo caso la variable del abuso de poder no siempre está presente, por lo que, en términos generales, son conceptos muy similares.

El bullying escolar y laboral tienen muchos factores en común

Características del bullying laboral

En el bullying laboral se producen una serie de comportamientos sociales a nivel de grupo y hacia la víctima.  Estos son iniciados con el fin de desprestigiar a una determinada persona.  Para conseguirlo, al igual que en el acoso escolar, el acosador buscará aliados para  convertir la vida de ese trabajador en un infierno.  Unas veces este bullying laboral se manifestará en forma de difusión de rumores sobre su supuesta incompetencia y otras en un plano más personal.

Las consecuencias del bullying laboral son similares a la del acoso escolar:  Van minando poco a poco a la persona, afectando a su salud y estado de ánimo.   Un adulto acosado puede sentir que vuelev a tener la vulnerabilidad de un niño.

El acoso laboral puede también terminar en depresión grave, además de las somatizaciones y sintomatología propia del estrés que produce:  insomnio, ansiedad, problemas estomacales y baja autoestima, entre otros.

A nivel de trabajo, las consecuencias pueden variar. En ocasiones se manifestarán con una sobrecarga de tareas, aunque también podría suceder lo contrario, relegando a la persona a trabajos rutinarios o “humillantes”.

Cómo afecta el acoso escolar al acoso laboral

Un estudio realizado en la Clínica de Investigación Universitaria del Danish Ramazzini Centre en Dinamarca descubrió que el  factor de riesgo más fuerte para ser acosado era haber sido intimidado previamente. Sus resultados destacan la importancia de la prevención temprana del acoso escolar en las escuelas. Y entre sus conclusiones, los investigadores recomiendan llamar la atención sobre el papel de los padres sobreprotectores.

El acoso debe ser abordado analizando los factores de riesgo para ser intimidados a nivel tanto individual como social.

No olvidemos que el papel de los lazos sociales y las dinámicas que se establecen en el grupo propician los procesos tanto de afinidad como de enemistad y acoso.  Ambas tendencias sociales pueden analizarse a través de un test sociométrico como BuddyTool.  Más información, aquí.

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