¡Funciona! Educar con sentido común también en las nuevas tecnologías

¡Funciona! Educar con sentido común también en las nuevas tecnologías

 

Patricia Peyró @kontrolparental

Por más que nos pese, y por mucho que se hallen argumentos en contra de las nuevas tecnologías en relación al abuso de estas,   no podemos desentendernos de ellas, ni mucho menos aislar a nuestros hijos del mundo en el que viven. En vez de prohibir, es mejor guiar, enseñar y acompañar en el camino de las nuevas tecnologías. Para ejercer ese control, nada como aplicar el sentido común que ya han aplicado todos los padres de generaciones anteriores.

Es difícil ponerse en situación, pero debemos recordar que la generación Z es la compuesta por los “ciudadanos digitales”, que se llaman así precisamente porque no conocen una vida sin internet. Su experiencia con en el mundo pasa por un entorno digital en el que el “texting” sustituye al teléfono, y en el que las “redes sociales” reemplazan a los amigos reales (si es que todavía existen esta modalidad de relaciones).

Siempre es mejor acompañar y enseñar que prohibir.  Y si se ponen límites habrá que explicar por qué.

Siempre es mejor acompañar y enseñar que prohibir. Y si se ponen límites habrá que explicar por qué.

Tan sencillo como poner límites

Para conseguir aprovechar lo mejor de las nuevas tecnologías y prevenir lo pernicioso de éstas es tan sencillo como poner límites al uso. Pero antes hay que saber lo que se hace: ¿Qué restricciones hacer y por qué? Para conseguirlo los padres pueden plantearse estas cuatro preguntas, y a partir de ahí, negociar unas condiciones de utilización sensatas:

1 Lugar

Igual que uno desayuna en la cocina y se ducha en el cuarto de baño, es bueno establecer los lugares dentro de la casa en los que permitimos el uso de dispositivos. Por ejemplo, “¿en la mesa cenando se permite el uso del ipad?”, “¿pueden jugar a videojuegos en la cama?” Un buen consejo es hacer una lista de zonas prohibidas, pero también otra de zonas permitidas, para que no lo perciban todo como prohibición.

2 Momento

¿Es oportuno chatear mientras se hacen deberes? ¿O mientras se está en misa? Al igual que hay lugares, hay momentos vinculados a ciertas actividades en las que conviene dejar claro que no se pueden usar los dispositivos. Acotar los tiempos es importante y si se les da una explicación lógica, los niños serán los primeros en entender que lo que decimos es razonable.

Aprovecha para pasar algún tiempo con ellos enseñándoles e inculcándoles hábitos positivos en TIC

Aprovecha para pasar algún tiempo con ellos enseñándoles e inculcándoles hábitos positivos en TIC

3 Motivo

¿Por qué razón usan el móvil? ¿Y el ordenador? Cada dispositivo tiene un propósito en concreto que debe conocer el niño para poder hacer de él un uso seguro. Si se le deja simplemente para “enredar” con él cogerá el hábito de tenerlo siempre entre las manos sin siquiera un propósito en concreto: el primer paso para la nomofobia.

4 Tiempo

Antes se decía que “comer y rascarse, todo es empezar” y bien podría añadírsele el anexo de tocar el móvil o meterse en internet: al final siempre se nos acabará ocurriendo algo que hacer. En este sentido, los padres debemos limitar el uso en el sentido de preguntarnos “cuánto tiempo” pasan enganchados a los dispositivos. Ya al margen de lo que estén haciendo (que controlamos en el “motivo”), simplemente no conviene que pasen más de una hora al día.

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