Los niños adictos atraen el peligro colateral de los videojuegos para la seguridad de los equipos

Patricia Peyró @kontrolparental

La noticia de la niña inglesa que pasaba las noches sin dormir jugando a Fortnite desató en su momento todas las alarmas sobre el potencial que tiene este juego para generar adicción.  Ahora es Fortnite, pero antes ha podido ser Pokémon Go o incluso Minecraft.  El juego en sí mismo va cambiando, pero la sintomatología que produce el uso incontrolado por parte de los niños adictos es siempre la misma y conlleva el peligro colateral de los videojuegos a los equipos.

El adicto pasa más de diez horas diarias pegado a una pantalla

Una investigación llevada a cabo por  ESET,  puso de manifiesto que 1 de cada 10 adictos admite haber estado frente a una pantalla entre 12 y 24 horas sin parar de jugar.  E incluso los casos más extremos de adicción por los videojuegos reconocieron haber estado hasta 24 horas seguidas jugando en alguna ocasión

“Los videojuegos son muy adictivos, por lo que las cifras del estudio no deben sorprender a nadie; sin embargo, es crucial contar con un equilibrio entre el tiempo que se dedica a la escuela –o la universidad o el trabajo-, a la familia y a los amigos, además de a los videojuegos”, afirma Mark James, especialista en seguridad de esta empresa. “No recomendaría a nadie pasar más tiempo en un mundo virtual que en la vida real”.

Los niños adictos a los videjuegos prefieren comprometer la seguridad de sus dispositivos a perder una partida

Los videojuegos: una fuente de peligro para el equipo

Durante la elaboración del estudio, se preguntó a los encuestados si tenían instaladas soluciones de seguridad en los dispositivos que utilizaban para jugar y más de la mitad (53%) dijo que no debido a que “no la necesitaban”, “no les gustaban las ventanas emergentes”, “ralentizaba la máquina” o “interrumpían sus partidas”.  Esta falta de sensibilidad y precaución constituye el auténtico peligro colateral de los videojuegos

“No es muy inteligente deshabilitar las soluciones de seguridad para evitar que interrumpan una partida, sobre todo si tenemos en cuenta que las partidas duran muchas horas y eso puede comprometer la seguridad de la máquina, que se encuentra conectada y desprotegida durante todo ese tiempo”, continua James. “Los cibercriminales saben cómo acceder, con fines delictivos, a los dispositivos que no cuentan con soluciones de seguridad, no sólo para robar información o credenciales sino también para convertirlos en bots o para robar objetos de valor cultivados en juegos masivos en línea y aunque es probable que sea fácil recuperar la cuenta –si se puede comprobar quién es el propietario- el tiempo y el esfuerzo que se pierde en ello sí que es un engorro”.

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Ha sido noticia en todo el mundo y queremos hacernos eco de ello nosotros también.  La burbuja Fortnite tenía que explotar por algún sitio y lo ha hecho de la peor manera posible:  con un caso grave adicción al videojuego Fortnite y la necesidad de rehabilitación terapéutica por adicción severa por parte de una menor de edad.

Patricia Peyró @kontrolparental

Los hechos han tenido lugar en el Reino Unida.  Una niña de nueve años ha levantado la liebre de algo que muchos ya sospechábamos:  la adicción al videojuego Fortnite es muy superior a la que manifiestan los niños por otros juegos. En su caso en concreto, la pequeña podía pasarse hasta diez horas diarias de videojuegos, y además continuaba jugando por la noche, cuando todos los demás dormían.

Al poderse jugar desde cualquier dispositivo o tipo de consola, Fortnite es el videojuego más exitoso de toda la historia, por encima de Minecraft

Una adicción agravada por el vamping

El caso de esta niña ha sido muy sonoro no sólo por la cantidad de horas que pasaba frente a la Xbox, sino por manifestar también un Vamping grave, por el que podía pasarse hasta las cinco de la mañana jugando.  El vamping es, actualmente, uno de los hábitos infantiles y adolescentes más peligrosos:  consiste en quedarse despierto por la noche mientras los demás duermen, para encomendarse a una doble vida furtiva que tiene lugar on line y al margen del conocimiento de los padres.

Pero, ¿qué hacen los niños en el ordenador a esas horas?   Pues cualquier cosa que puedan hacer de día:  chatear, navegar, ver YouTube, o jugar videojuegos, entre otras opciones.  Fue precisamente por la noche cuando la niña fue descubierta por su padre, quien no podía creer lo que estaba viendo.  La extrema gravedad de los hechos quedó manifestada y agravada por el hecho de que la pequeña se había hecho pis encima de un cojín, todo con tal de no perder la partida.

Los efectos de la adicción a los videojuegos 

Jugar a videojuegos no tiene, en sí mismo, nada de malo, e incluso puede ser muy positivo tanto a nivel social (se puede jugar con amigos o en familia), como a nivel de estímulo intelectual y psicomotriz.  Sin embargo, todas esas buenas cualidades se anulan una vez se traspasa la línea de la adicción.

 

El niño adicto cambia su carácter e incluso puede llegar a pegar a sus padres si no le dejan jugar, como en el caso de la niña inglesa

 Los videojuegos que permiten la interacción, como es el caso de Fortnite, han mostrado ser un riesgo de ciberbullying

¿Cuándo se convierte en un problema?

El niño adicto cambia su carácter e incluso puede llegar a pegar a sus padres si no le dejan jugar, como en el caso de la niña inglesa.  Para detectar el problema habrá que observar si cada vez necesita más tiempo de juego, si se produce síndrome de abstinencia al dejarlo, o si interfiere con sus obligaciones y vida cotidiana.

 

Cuidado con la edad del videojuego

La tolerancia supone la necesidad de jugar cada vez más.Ante la prohibición los niños con adicción a los videojuegos responderán como auténticos “yonkis” de la heroína.

Los niños se aprenden los bailes de Fortnite e incluso se disfrazan de los personajes.

 

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