Patricia Peyró @kontrolparental

A estas alturas no cabe la menor duda de que ANAR es la fundación con mayor entidad a la hora de atender a todos esos niños y adolescentes que necesitan escuchar una voz adulta distinta a la de su entorno habitual y a la que poder dirigir unos miedos relacionados con distintos tipos de abuso, ya sea familiar, sexual y de género, o relativa al acoso escolar. Terminar con su desesperanza es posible gracias a que pueden canalizarla a través del teléfono de ayuda a niños y adolescentes que Fundación ANAR facilita de forma gratuita, donde serán escuchados sin juicios de valor y con toda la atención que merecen sus llamadas de auxilio.

Para conocer mejor el modo en que trabajan en el teléfono ANAR entrevistamos a Diana Díaz, su directora:  una psicóloga experta en  psicoterapia infantojuvenil, en psicología positiva y en atención ante situación de crisis y emergencias. A lo largo de su carrera profesional, ha trabajado con otros colectivos antes de desarrollar su trabajo en infancia, pero es aquí donde ha encontrado su verdadera vocación.

-¿Cuánto tiempo llevas en ANAR y qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Y lo que menos?

La Fundación ANAR lleva 47 años de trayectoria, el Teléfono ANAR desde el año 1994 y mis comienzos en ANAR se remontan a hace ya 10 años. Lo que más me gusta es la misión de la Fundación ANAR y el compromiso real que tiene y demuestra con los derechos de la infancia. Lo que menos me gusta, es ser tan consciente del lado más amargo que viven los niños, niñas y adolescentes, aunque eso también se convierte en el motor de este trabajo.

-¿Qué tipo de niños piden ayuda telefónica y cuáles son las razones más habituales? ¿Os llama también algún adulto?

El Teléfono ANAR (900202010) atiende diariamente una media de 1.200 llamadas. Estamos aquí 365 días al año, 24 horas y prestamos el servicio de manera anónima y confidencial y para los niños y adolescentes totalmente gratuito. Los motivos principales de llamadas o consultas son violencia ejercida hacia menores en cualquiera de sus formas (maltrato físico y psicológico intrafamiliar, abusos, abandono, violencia escolar, violencia de género, agresiones extrafamiliares…), problemas psicológicos (soledad, aislamiento, ideación suicida, autolesiones, ansiedad, miedo….), dificultades de convivencia y comunicación con sus familiares e iguales, además de problemas escolares, etc.

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El teléfono ANAR atiende diariamente 1200 llamadas, en su mayoría de niños pero también de adultos preocupados

Desde el año 94 que se abrieron nuestras líneas de ayuda, también nos llamaron adultos preocupados a los que estamos atendiendo a través del Teléfono ANAR del Adulto y la Familia 600 50 51 52. Sabemos que detrás de un menor con problemas, siempre hay un adulto que necesita ser orientado. A través de ambas líneas podemos hacer esa mediación padres e hijos.

Además ofrecemos de manera complementaria el servicio de Email ANAR tanto para niños y adolescentes, como para adultos y familiares y también gestionamos el Teléfono ANAR para casos de niños desaparecidos 116 000, que es un número armonizado de interés social de la Unión Europea.

– ¿Cualquiera puede atender la llamada desesperada de un niño? ¿Qué tipo de formación dais a los operadores?

Todas las personas que atienden el Teléfono ANAR son psicólogos especializados. ANAR también cuenta con la colaboración de voluntarios psicólogos que son cuidadosamente seleccionados y deben pasar por un periodo formativo previo a nivel teórico y práctico.

Nuestros cursos de formación están diseñados para transmitir los contenidos y técnicas de orientación psicológica, jurídica y social necesarios para orientar con las máximas garantías en el Teléfono ANAR. Sólo aquellos candidatos que superen todo el proceso de evaluación final, serán los que entren a formar parte del equipo.

Además, están permanentemente supervisados y apoyados por el equipo de abogados y trabajadores sociales que integran el total de los profesionales que conforman el teléfono ANAR.

Los niños se realizan autolesiones . ¿Por qué lo hacen?

Desde el Teléfono ANAR estamos informando del aumento de llamadas en relación a las ideaciones suicidas, intentos de suicidio y autolesiones. Los casos de adolescentes que se autolesionan y plantean ideación de suicidio han aumentado de forma alarmante. Es un problema muy serio en la sociedad, porque actualmente existe un efecto contagio. Estamos hablando que en el año 2016 hemos atendido 627 casos de ideación o intento de suicidio de menores y 531 casos de autolesiones, un total de 1.158 casos por estas temáticas.

Nos parece peligroso hablar de métodos o procedimientos precisamente por tratarse de un tema tan sensible. Es decir, hablamos del fenómeno porque creemos que es nuestra misión dar luz a la sociedad de todo aquello que preocupa a los niños y adolescentes, pero no damos detalles.

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Muchas de los niños que llaman tienen ideación suicida o cuentan ya con alguna tentativa

-¿Recibís llamadas de niños con ideas suicidas? ¿Cómo captáis que a un niño le está rondando la idea por la cabeza? ¿Os lo dicen o vosotros, con vuestra psicología, se lo conseguís sacar?

Recibimos llamadas diariamente. Concretamente en el año 2016 atendimos 2.971 llamadas de ideación, intento de suicidio y autolesiones frente a las 1.838 llamadas del año anterior por esta temática. Puede surgir como motivo principal de consulta, o como motivo secundario a cualquier otra preocupación.

El Teléfono ANAR es una herramienta básica para sacar a la luz, situaciones que hasta este momento permanecen ocultas. Precisamente damos una gran importancia al establecimiento del vínculo con el llamante para poder acoger y si llega el caso saber muy bien, cómo contener, legitimar emociones y apoyar en la búsqueda de soluciones. Ninguna llamada se parece a otra, por lo que a veces en su primera llamada nos comentan la situación y a veces es en una posterior llamada.

-¿Cuáles son las razones principales de sufrimiento emocional infantil? ¿Qué peso tiene el apoyo social de los pares en la autoestima del niño, por oposición al bullying?

Como portavoces de la voz de los niños, desde el Teléfono ANAR, podemos hablar de muchos de los temas que les causan dolor en su día a día. Nos comentan especialmente, en términos emocionales, que sufren por cuestiones que tienen que ver con violencia, dificultades de convivencia, etc., pero sobre todo, ellos nos indican frecuentemente que se sienten “solos”. A pesar de tener amigos y familia sufren esa incómoda “soledad acompañada”.

El apoyo social siempre tiene un peso importante para sentirse valorado, reconocido y para desarrollar el sentido de pertenencia. El grupo de iguales, es sumamente importante, sobre todo en la adolescencia, pero nos gustaría poner el énfasis en el apoyo familiar, muy prioritario para avanzar con confianza en la vida. La necesidad de un apego y vínculo “seguro” con los padres, está en la base de muchos de los relatos de los niños, niñas y adolescentes que nos llaman.

-Cuando la amenaza del suicidio es muy evidente, ¿cuál es vuestro protocolo de actuación?

Para nosotros, cualquier llamada es una oportunidad para ayudar y en ocasiones, salvar la vida de un niño/a. Siempre evaluamos la situación individual de cada llamante, si tenemos el tiempo suficiente para hacerlo. Si se trata de un intento de suicidio ya iniciado, trataremos la llamada con un protocolo de urgencia para procurar al menor que esté a salvo y pueda recibir la ayuda profesional necesaria en el lugar donde se encuentra.

En la mayoría de llamadas, contamos con tiempo suficiente para poder escuchar atentamente el relato del menor, legitimar su estado emocional, valorar sus recursos personales y recursos del entorno para hacer frente a su situación y poder buscar de forma conjunta la mejor solución a su problema. Trabajamos a tres niveles: orientación psicológica, jurídica y social, derivación a recursos y si llega el caso, intervención cuando hay riesgo inminente y nadie en el entorno puede ayudar.

-¿Cuáles son los indicadores de ideación suicida que debería conocer todo padre o educador?

Los cambios bruscos de comportamiento, de estado emocional, serán indicadores muy claros de que algo suficientemente importante está pasando, ya sea una ideación suicida, acoso escolar, o cualquier otra situación que supone un desafío.

Además, el aislamiento social prolongado y el refugio en las nuevas tecnologías, como única vía de escape. Estados de tristeza, melancolía, marcados y prolongados, problemas de rendimiento y absentismo, autolesiones e intentos de suicidio previos, comportamientos excesivamente impulsivos o agresivos. Siempre tenemos que hacer caso a las verbalizaciones que pueden llegar a hacer sobre “planes de desaparecer….” O ideas muy negativas en cuanto al presente, el futuro y el mundo. Es un mito muy extendido y falso el pensar que el que avisa con suicidarse finalmente no lo hace, puesto que normalmente si hay verbalizaciones o mensajes previos.

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Para atender el teléfono del menor hay que tener una formación específica y cualificada

-¿Qué debemos hacer los padres o adultos cuando vemos que un niño sufre depresión y sospechamos que quiere autolesionarse o veamos que ya se está autolesionando?

Siempre hay que hacer caso y darle importancia a los relatos de nuestros hijos/as cuando nos hablan de situaciones que les resultan incómodas y difíciles de manejar. Las emociones que sentimos ante los acontecimientos son siempre legítimas, aunque no siempre la manera de gestionarlas es la adecuada. Abrir la vía del diálogo, sin juicio, va a ser uno de los mecanismos más potentes para que nuestros hijos liberen tensión emocional y puedan regularse.

Por tanto, validar siempre las emociones y jamás entrar en confrontación cognitiva, ni restar importancia a lo que ellos nos cuentan. Evitar momentos de tensión familiar, peleas. Tratar de comunicarnos con ellos para encontrar las causas de esa ideación, pues esta es la punta del iceberg, pero el problema real está debajo. Acompañar el tiempo necesario, sin entrometernos, pero estar sumamente disponible. Dejarnos ayudar buscando ayuda psicológica para mi hijo/a y para mí.

-¿Por qué crees que el suicidio infantil y juvenil es un tema tabú en la sociedad?

Los eventos vitales estresantes con desenlace fatal, son temas que a todos nos estremecen. El suicidio es un fenómeno multifactorial y tiene muchas causas, un tema sumamente controvertido y sobre el que es peligroso hablar a la ligera o de manera sensacionalista.

Podemos pensar que es antinatural que una persona joven, menor de edad pueda llegar a plantearse el suicidio como una solución a su problema, sin embargo, el adolescente tiene menos recursos, es más vulnerable y a veces tiene problemas que enfoca con planteamientos extremos por el momento evolutivo en el que se encuentra. Es muy importante poder identificar a tiempo sus dificultades y salir al paso en prevención.

-Algunas voces se han alzado contra la serie Por 13 razones por hacer apología del suicidio. ¿Tú qué opinas?

Es un riesgo que ese mensaje pueda calar en la población adolescente el pensar que hay razones que puedan justificar por sí mismas el que una persona tome la alternativa del suicidio. Nos parece muy arriesgado porque siempre hay otra manera de ver la situación y de afrontarla. El suicidio es irreversible y los problemas normalmente son temporales.

El suicidio no aporta soluciones, solo el final.  Se trata de un planteamiento extremo y detrás suele haber un esquema de pensamiento irracional. Por eso, desde la Fundación ANAR hemos elaborado un decálogo con 13 razones con motivos para vivir, para poder enseñar que verdaderamente si hay razones muy justificadas para seguir adelante y vivir, sabiendo que las frustraciones son parte de la vida de todos.

-¿Cómo puede ser que un niño llegue a quitarse la vida a través de un juego? Cuéntame cosas sobre la Ballena Azul y estos juegos que, posiblemente, no han hecho más que empezar.

Tenemos que indicar que no todos los niños pueden ser víctimas de fenómenos como Ballena Azul. Detrás de estos menores que caen en estos juegos siniestros, suele haber situaciones problemáticas de base, no identificadas. Hay que estar atentos al comportamiento de los niños, sin culpabilizar a los padres e incidir en la prevención para evitar situaciones que acaben en suicidio.

Siempre existen amenazas externas, pero la familia se apoya en momentos difíciles. Es importantísimo acoger las situaciones desde el cariño y el apoyo incondicional.

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