Padecer acoso escolar pasa factura no sólo en la infancia: el bullying afecta a la posición social adulta.
Patricia Peyró @kontrolparental
Algunos acontecimientos de nuestra infancia pueden marcarnos para siempre, para bien o para mal. Cuando suceden para bien, apenas reparamos en ellos, porque son potenciadores de la evolución sana y positiva del individuo. Por el contrario, eventos traumáticos como el padecer acoso escolar, supondrán un parón en la línea de crecimiento académico, social y emocional del niño, mermando lo que sería su trayectoria evolutiva y natural en este sentido. ¿Cómo puede afectar la irrupción e interferencia del bullying cuando el niño se convierte en adulto?
El bullying afecta a la posición social adulta: El acoso escolar puede considerarse uno de los marcadores más negativos de nuestra vida.
¿Cómo nos afecta el ambiente vivido en nuestra infancia?
Vivir en un entorno de seguridad y con incentivos emocionales que estimulen nuestra inteligencia nos convertirá en adultos con iniciativa, ganas de aprender, y sin miedo a asumir riesgos que nos harán más ricos en experiencias y con más probabilidades de triunfar. Por el contrario, haber padecido por experiencias estresantes o traumáticas dejará huella de varias maneras:
-Por un lado, el proceso implicado en alcanzar metas corrientes se verá dificultado y se hará mucho más lento. Así, terminar los cursos académicos, encontrar pareja, o colocarse profesionalmente, podrán tener mayor dificultad para el que haya sido un niño acosado. A partir de la paralización que sucede en el bullying, llegar al mismo sitio costará el doble: el esfuerzo del desbloqueo, más la dificultad que de forma natural ello pueda implicar.
-Los ecos del bullying retronarán en la cabeza durante muchos años. Por más el niño acosado llegue a triunfar, en la intimidad de sus pensamientos y emociones siempre recordará aquellas voces que lo insultaban o humillaban, haciéndolo sentir pequeño o inferior. Estos “recordatorios” mentales les harán sentir inseguros de nuevo, afectando a la aparición o generación de nuevas oportunidades y al desempeño óptimo de su trabajo.
-Encontrará dificultad a la hora de entablar relaciones de confianza e intimidad. En su relación con los demás podrá, de vez en cuando, despertar el temor al rechazo o la burla respecto a las potenciales parejas sentimentales o incluso respecto a posibles socios o compañeros de trabajo e iniciativas.
El niño que ha padecido bullying será un adulto con dificultad para confiar en los demás
El acoso escolar deja un poso de pesimismo e inseguridad en la persona que le dificultará para tomar iniciativas
Bullying y poder adquisivo
A pesar de lo que pueda parecer y del testimonio de las celebridades que reconocen haber padecido bullying , el acoso escolar no es un desencadenante prototípico del éxito y la fortuna, sino más bien al contrario. Algunos estudios han evidenciado una relación entre haber padecido acoso escolar y tener una menor capacidad económica. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?
La relación entre el acoso padecido en la infancia y menores logros profesionales y económicos se establece de varias maneras:
-Con frecuencia se producen dificultades sociales posteriores como consecuencia de la pérdida de autoestima
-La falta de habilidades sociales puede contribuir a una tendencia al abuso de sustancias, como drogas y alcohol, que alejan al niño de la buena senda.
-Mayor tasa de abandono de los estudios y, por tanto, menor formación académica y profesional.
–Menores salarios y mayores tasas de desempleo
El temor para socializar generado por el bullying puede terminar en aislamiento o en dificultad para encontrar pareja
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